Y no, no me refiero a mi cumpleaños, (Por cierto, gracias a todos por las felicitaciones y por ese
regalito anónimo del ask, a sido una muy agradable sorpresa) si no al echo de que al fin, después de mucho luchar conseguí encontrar un hogar para el último de los gatos callejeros de mi zona.
Este caso fue especialmente difícil pues se trataba de Tigrilla, una dulce gata de unos 2 años que acababa de ser madre por lo que la idea de la adopción por separado estaba descartada. Tenía que encontrar a alguien que quisiera quedarse con el conjunto y finalmente fue así.
Os cuento la historia porque es bastante interesante, resulta ser que esta gata no siempre fue callejera, antes había una señora que la tenía en el porche y le daba de comer con frecuencia hasta que murió. Tras esto mi adorable felina se fue, llegando hasta donde yo vivo y hace unos días un amigo de un amigo la reconoció. Tras esto era cuestión de tiempo de que el hijo de la fallecida se enterase y viniese a comprobarlo. ¿Resultado? Quiere llevarse a la Tigrilla y sus dos crias con él.
Realmente voy a echar de menos sus maullidos para que le abra la puerta y le de de comer, el seguirme una parte del trayecto hasta el instituto, esos dulces ronroneos mientras le rasco la orejita. Pero sé que estará mucho mejor teniendo asegurada la comida, un hogar cálido y en caso de necesitarlo veterinario.
En, espero que no os haya aburrido otra de mis entradas gatunas, pero tenía que compartir esta buena noticia.
Aerowen Elwin
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