Hoy mis brujitos, vengo a contaros la violación que ha sufrido mi armario. Como sabéis ando bastante ocupada, de modo que mi madre se ofreció a cambiarme la ropa del armario de invierno y el de verano. Yo
primeramente pensé que no había ningún peligro, que no podía pasar nada (pero... no fue así) de modo que le di la llave de mis armarios.
Cuando volví esa tarde de la biblioteca y entré en mi cuarto por poco no se me para el corazón. TODO sin excepción alguna había sido toqueteado, mi athame, mi pentagrama, mis velas todo estaba fuera del armario en un rincón pues mi madre lo consideró un estorbo que no debía estar ahí donde la ropa.
Por algún motivo la gente tiene la manía, no la extraña necesidad de toquetear los objetos mágicos, de ahí que yo los tenga al igual que muchos bajo llave pero parece que ni esto nos libra aveces de evitar que nos cojan.
De modo que ahora mis brujitos, tengo que volver a limpiarlas TODAS, lo que me va a llevar bastantes días, por no decir el dejarlos de nuevo en sus sitio haciéndoles un hueco entre tanta ropa.
Moraleja mis brujitos: Vuestras herramientas mágicas tenedlas siempre bajo llave y esta no se la confiéis a nadie, porque seguro que algo os toca.
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